lunes, 23 de noviembre de 2009

MHO

Han pasado años desde que las máquinas empezaron a ser necesarias para la supervivencia humana, nuestros antepasados se dejaron llevar por el futuro atroz que ellos construyeron al atacar constantemente los productos hechos por la madre naturaleza, toda máquina existente servía para diferentes cosas, pero su tarea primordial era satisfacer al ser humano, costara lo que costara. Estas maquinas pensaban por si mismas más no lograban tener conciencia propia hasta el día de hoy.

Ahí es donde aparezco yo; la gente pensó que estaba loco, demente dijeron algunos, pero la verdad un gran científico vivió en mi, logré lo inimaginable, podrás decir que fuí un monstruo por haber creado un nuevo ser aún cuando pude salvar millones de vidas.
Ese nuevo ser catalogado por los humanos como una abominación no tuvo la oportunidad y el tiempo suficiente de cumplir su función primordial, ya que las máquinas que se encontraban en ese tiempo en nuestro poder, por fin habían caído en un constante cambio en su conciencia, que supuestamente no debieron tener.

Desde ese momento los humanos empezaron a dejar de existir poco a poco. Aún quedan algunos de ellos, contándome, pero no somos lo suficientes para acabar con la guerra que había empezado por culpa de mi gran hazaña. El ser al que yo llamé “MHO” Making Human Organs (Creador de Órganos Humanos) era perfecto, ya que podía crear con un poco de sangre y tejido humano cualquier órgano vital del cuerpo humano para remplazar uno con alguna enfermedad; claro que tenía algún costo ya que los tejidos tenían que ser de la persona que había pedido el órgano al igual que la sangre; esto rápidamente causo conmoción y en algún punto donde pensé que a nadie le importaría revele el secreto mejor guardado “MHO” estaba hecho en base de un pequeño que encontré moribundo por mis días de gloria, estaba a punto de morir, no descubrí problema alguno para experimentar con él, lo convertí en menos que un ser humano, pero más que una maquina común, después de muchos errores logre que creara órganos, pero cuando revele esto la gente quiso destruir a mi creación.

Tuve que deshacerme de MHO, no podía permitir que lo destruyeran así que, aún conservando poca de su humanidad y conciencia, le explique lo sucedido, le di lo suficiente para sobrevivir y lo deje varado en un pequeño bosque donde estaban las maquinas inservibles. No supe más de él por años, el mundo se olvido de él y por consecuencia de mí también, llegue a cumplir mis 250 años basándome en los principios, en los que logre crear a MHO, para mi supervivencia.

No se lo que sucedió para llegar a este momento, de un día a otro las maquinas tenían el poder, podían manejar todo, de esta forma empezaron con su masacre estaban muy bien organizados, incluso algunos científicos afirmaban que todo esto tenía como líder a un humano, claro que cuando seguí investigando descubrí que MHO sería el culpable de la eliminación total de los humanos. El caos empezó y nosotros decidimos ocultarnos, viviendo de la peor forma para poder sobrevivir. El último número de supervivientes en todo este gran planeta no superaba a los mil, mi cuerpo ya no soportaba tanta actividad así que decidí, por mi bien y el de mis acompañantes, que me dejaran atrás y no volvieran por mí.

Las maquinas me encontraron al poco tiempo llevándome con su líder.

-Así que tenía razón –dije en cuanto vi sentado en una silla de porcelana a un ser conocido perfectamente, la piel azulada, ojos rasgados, cuerpo formido y estirado, de gran estatura y nada de cabello –MHO- alcancé a susurrar antes de que la inconsciencia me llevara a un profundo sueño, del que por suerte no despertaría.

No se cuanto tiempo pasó después de desmayarme, estaba con los ojos cerrados demasiado débil para poder abrirlos, y no sentía ninguna de mis extremidades – ¿Así es la muerte?- me pregunté; escuche sonidos en la lejanía – ¿En dónde estaba?- otra pregunta sin respuesta, cuando pude identificar los ecos a mi alrededor me aterre, el sonido provenía de una maquina, abrí mis ojos con asombro y mire hacia los lados para tratar de identificar a mi acompañante, cuando no pude encontrar a nadie, suspire de alivio, pero no por mucho tiempo cuando de nuevo ese sonido llenaba la habitación, el único lugar en el que no había buscado era sobre mi, dirigí mi mirada hacia mi estomago solo para aterrarme de lo que mis ojos veían, una pequeña maquina del tamaño de un corazón estaba sacando mis órganos, tenía el vientre abierto, con la sangre escurriendo por los lados, mientras esta maquina inyectaba alguna sustancia azul, no pude reaccionar, era sorprendente y a la vez aterrador lo que me sucedía, no quise saber más y nuevamente caí en un abismo donde mis pesadillas se estaban convirtiendo en realidad.

-Ti… ti...- un sonido infernal se escuchaba a un lado de mi cabeza, cuando di la vuelta para apagarlo, me encontraba en mi cama con la edad de 45 años – Todo fue una pesadilla –Respire con tranquilidad y comencé un nuevo día.


-Está saliendo como lo pidió señor, el humano no sospecha nada.

-Continúen con el experimento, pero esta vez haz lo posible para que no despierte.

-Como ordene, MHO.



Meii Vázquez

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