viernes, 11 de junio de 2010

Capítulo 1 -

Toda historia tiene un principio, este caso no es la excepción.

Son las 6:30 de la mañana, tendría que correr para no llegar tardes a clases, agarre mi mochila y salí corriendo de mi casa, por desgracia no tuve tiempo de desayunar. –¡Adios Alex, Cuídate!- me gritó mi mamá en la puerta de la casa, yo estire el brazo y continúe con mi carrera a la escuela. Llegue justo a tiempo, un minuto más y las puertas de la escuela quedarían cerradas.

Como se habrán dado cuenta, me llamo Alex y todavía curso el colegio, ese espantoso instituto donde nunca viene nadie nuevo y ves las mismas caras desde el primer día de kinder.

Llegue a mi salón y ubique a mis amigos sentados en los escritorios que están en el centro del salón, me acerque a ellos y vi que estaban hablando entusiasmados. No hubo ningún partido la noche anterior, eso significaba que hablaban de una chica. Me acomode al lado de mi mejor amigo, y me dispuse a escuchar de que hablaban.

-Esta buenísima, dicen que viene de un colegio de puras niñas -decía Jonatan, mi mejor amigo.

-Creen que esté en nuestro grupo?- pregunto Matías

-No!, es pequeña, creo que es un año menor- dijo Erick riéndose

-Esperen- interrumpí la conversación, dándole una palmada en el hombro a Jonatan como saludo - ¿de quién hablan?—

-De la chica nueva, dahh –me dijeron al unísono

No pude responder, el profesor de matemáticas había llegado, cortando cualquier oportunidad de enterarme sobre quién era la chica nueva.

Comenzó la clase, no podía concentrarme... solo estaba inquieto en conocer a esa chica, no todos los días venía alguien nuevo.

Después de la explicación, empezamos los ejercicios, ¡A-bu-rri-do!, cuando sonó el timbre pensé que era mi oportunidad de saber quién era “la nueva”.

Observe el gimnasio, nada... la fotocopiadora, nada... los pasillos, nada... ¡no había ninguna chica nueva!, los chicos me habían gastado una broma, hasta que dí la vuelta derrotado y me tropecé con una hermosa muchacha que nunca antes había visto,

-Oh, discúlpame- dije ayudándole a recoger los libros que le tire de las manos- no estaba prestando atención en donde caminaba- se acomodo un mechón de pelo detrás de la oreja y pude descubrir una tierna sonrisa

-A mi me parecía que buscabas a alguien- me quede pasmado, su sonrisa me atrapo en un segundo, no supe que contestarle, respira Alex, me dije a mi mismo.

Luego repare en que tenia una sonrisa inconciente en la cara y la borre durante unos instantes "¿de dónde había salido esa sonrisa cuando ella me hablo? y lo más importante ¿por qué sentía la necesidad de mirarla a los ojos?"

-si, busco a alguien- ¿para qué mentirle a la hermosa joven?- ¿quieres ayudarme?- ella asintió con picardía y juntos salimos a dar una vuelta por la escuela, olvidando que teníamos que entrar a clases.

martes, 8 de junio de 2010

¿Comunicaciones incomunicadas?

Como muchos se estarán dando cuenta, a lo largo del tiempo ya no se ven personas leyendo libros, que hay más sitios de informática que una librería, o que los niños aprenden a usar Internet antes de siquiera saber como agarrar o buscar algún tema en un manual. En síntesis, de manera muy notable, casi mágicamente vemos como el libro entra en el sombrero del mago, para que luego salga una magnífica notebook que todos admiramos con los ojos como platos y la boca abierta, olvidando el libro que sigue en aquel mágico sombrero.

Todos sabemos las mejoras que ha producido la tecnología: las comodidades que nos brindan, el tener una mejor comunicación a distancia, ¿Pero son realmente así las cosas?, para muchos no.

Las computadoras, e-libros, celulares, etc., no son tan cómodas que digamos, tienen que estar enchufadas para que anden o solo pueden durar unos pocos días hasta que “mueren” y deban ser resucitados sometiéndolos a grandes cantidades de electricidad al estilo Frankenstein. De esa forma, nos vemos obligados a vivir con esa fuente de energía para que nuestros aparatos de comunicación con el exterior funcionen; entonces, Pregunta: si no tenemos electricidad ¿no podemos estar comunicados o directamente nuestra conexión con el resto quedo nula?, Respuesta: en mi opinión no, ya que uno puede estar en un campo, en el medio de la meseta o arriba de un árbol con otra persona y poder seguir comunicándote con algo que se llama boca, y escuchar al otro con un par de oídos, (que si no sabían todos poseemos y en partida doble); y que no solo se puede leer y mandar mensajitos de texto vía celular, un mensaje en el Twitter o una publicación en el muro del Facebook para poder comunicarte con algún amigo o enterarte quien se atrevió a hablarle (o publicarle, mejor dicho) a el chico/a que te gusta.

Entonces, ¿Comunicación, los medios eléctricos? puede ser, si decimos que tenemos a un ser querido viviendo en otro lado del país o a cinco metros de nuestro hogar. Es verdad que un celular nos beneficia en respecto a la comunicación, que ya no necesitamos estar de frente para decirnos algo y que acorta inimaginables distancias; pero nos hace, de cierta forma, inútiles al hablar de frente a frente con otra persona (por ejemplo, el chico le manda hermosos textos pintados de rosa a una chica y decorados de mucho amor que terminan enamorando por completo a la muchacha, pero al citarse, ambos se dan cuenta que la chica no era esa que se había descripto como una modelo, de ojos verdes y de 1.80 y que ese hermoso “Don Juan” no puede decir ni dos palabras sin decir algo desubicado de por medio), y nos incomunica aún más, porque hoy en día, un adolescente prefiere estar sentado en una silla frente una computadora haciendo quien sabe qué en vez de hablar con sus padres, o se ve a chicos y adultos que están continuamente mandando mensajitos mientras esta con otra persona, ya que “tienen que contestar” en vez de hablarle.

En fin, por muy raro que suene, hoy en día las nuevas comunicaciones nos están incomunicando aún más.


Ayelén A. Castaño